Nickerie.Net, woensdag 09 augustus 2006


Na 37 kinderen eist de Argentijn Cleto Díaz  een knipje

Pablo Calvo / Iñaki Oñorbe Genovesi

Argentinie - Cleto Ruíz Díaz is het goed zat. Hij wil geen kinderen meer. De Argentijnse huisschilder en klusser (44) is vader van 37 zonen en dochters. En wil dat direct een einde komt aan de geboortegolf die hij in zijn eentje veroorzaakt. Daarom wil Cleto toestemming van de Argentijnse regering om zich te laten steriliseren. Want sterilisatie is in grote delen van Argentinië verboden. Zo ook in de noordelijke provincie Corrientes, waar Cleto met een deel van zijn kinderen in het dorpje Santa Lucia woont.

"Dije basta". Cleto Ruiz Díaz y alguno de sus hijos, en su casa de Corrientes. "No quiero tener mas hijos porque yo los quiero cuidar bien", afirma.
'Es duro alimentar a tantos'. Cleto, en la puerta de su casa, dice que su vida 'no es para reirse'

Maandenlang gloorde voor Cleto hoop op een vasectomie. Het parlement in Buenos Aires had een wetsvoorstel aangenomen die het mogelijk maakte overal in Argentinië sterilisatie voor mannen en vrouwen toe te staan. Maar het wetsvoorstel ligt nu in de senaat te verstoffen, omdat de senatoren ook met de katholieke kerk rekening willen houden.

Maar Cleto is bang dat in de tussentijd zijn familiestamboom zich nog verder uitbreidt. Al zou je met 37 kinderen, vijf kleinkinderen, twaalf broers en veertig neven eerder van een genealogisch bos kunnen spreken. En Cleto weet van zichzelf: ‘Als ik verliefd word, ben ik niet te houden.’

Hij zegt sinds zijn negende seksueel actief te zijn, heeft zeven vriendinnen tegelijk gehad en woonde veertien jaar lang met drie vrouwen onder één dak. Al die tijd, heeft hij nooit een voorbehoedsmiddel gebruikt. Met een schamel loon van zo’n 2 euro per dag stond hij naar eigen zeggen altijd voor de keuze: of eten of een condoom.

Dus breidde Cleto’s gezin almaar uit. Met Alicia (49) had hij elf kinderen, met Maria Esther zeven, met Yolanda (32) elf en nog eens acht met Isabel (29). Met Isabel en de acht kinderen woont hij nu samen in een lemen huisje van nog geen 24 vierkante meter – met Yolanda en hun elf kinderen als directe buren. En dan heeft Cleto nog vage herinneringen aan ene Maria. Die stuurde hem jaren geleden een foto van een kleine baby (een dochter) die Cleto ‘helaas als vader nooit heeft kunnen leren kennen’.

Cleto’s vaderhart treurde ook bij de dood van zes van zijn kinderen. En bij de geboorte van zijn jongste zoon Cleto Ramón, die met een hazenlip is geboren. ‘Door hem ben ik gaan beseffen dat dit niet langer zo kan. Dat mijn kinderen voldoende aandacht en zorg verdienen.’ Want Cleto erkent dat hij de namen van sommige van zijn kinderen al niet meer kan onthouden. ‘Laat staan dat ik hun verjaardagen nog kan bijhouden.’


 

 

Het volledige artikel:

POLEMICA POR LA SALUD REPRODUCTIVA : CASO INSOLITO

Un hombre tiene 37 hijos y pide que lo operen para no tener más

Pablo Calvo (Clarin)

Se llama Cleto Ruiz Díaz, cumplió 44 años y es de Corrientes. No tiene empleo fijo. Tuvo tantos hijos que no recuerda sus nombres. Quiere que le hagan una vasectomía que anule su capacidad reproductiva. 2 de 2 "Es duro alimentar a tantos". Cleto, en la puerta de su casa, dice que su vida "no es para reirse".

Por qué no me puedo controlar? Porque cuando estás enamorado, la emoción te llleva". No sobra una "l", es el énfasis que pone Cleto Ruiz Díaz para explicar su envión. Tanto se emocionó que hoy, con 44 años, es uno de los padres más fértiles de la Argentina: 37 hijos, cinco nietos y —con 12 hermanos y más de 40 sobrinos— un árbol genealógico que se parece a una reserva forestal.

En Francia, Cleto sería más popular que Zidane, porque allí, para estimular los nacimientos, pagan 1.000 euros a quien tenga más de tres hijos; en Alemania ya lo conocen, porque la revista más importante, Der Spiegel, le dedicó una página a su caso; y en Estados Unidos tal vez filmen una novela sobre su vida. Otra que Montecristo: Cleto tuvo su primera relación a los nueve años, fue galán de siete chicas a la vez y vivió 14 años con tres mujeres, bajo el mismo techo.

"Dormía con cualquiera de las tres, él elegía", confirma Yolanda Lezcano, que hace un año lo dejó porque no se sentía bien tratada. Ella tiene 32 años y vive en la casa de al lado, con sus 11 hijos, Jonathan, Jaqueline, Diego, Daiana, Mariana, José, Horacio, Rita, Guadalupe, Angela y Milagros, que a cada rato cruzan la cerca de cañas para abrazar al papá.

Pintor y changarín, Cleto se hizo famoso en Corrientes por pedir que le hagan una vasectomía para dejar de tener hijos. Paradojas de la Argentina: la operación está prohibida en las provincias del norte, donde abundan las familias numerosas, y es aceptada en la Patagonia, donde se necesita aumentar la población. Ahora, el Senado se dispone a tratar un proyecto que habilitaría la ligadura de trompas de las mujeres y las vasectomías de los hombres en todo el país (El Congreso...).

Llegar hasta su casa es agarrar para el lado de los tomates: la ruta de Corrientes a Santa Lucía se envuelve de huertas y plantaciones de todo lo que hace falta para una sopa de verduras, un puchero o la mejor ensalada. Y en la entrada a la Capital Nacional de la Horticultura (así llaman a esta ciudad de 14 mil habitantes), los nenes ofrecen cajoncitos de frutillas y naranjas grandes como el sol del atardecer. La casa de Cleto está a dos cuadras de la terminal y a 803 kilómetros del Obelisco.

En la vereda descansan dos chivos, un gato y un conejo. Cleto ofrece un mate y admite que no recuerda los nombres de todos sus hijos y mucho menos los días en que cumplen años. "Mi vida se fue dando así y no es para reírse, porque es muy duro tener que alimentar a tantos chicos sin un trabajo digno, ganando seis pesos por día, abrigándolos con ropa de segunda mano que por suerte me regalan mis patrones, esperando ayudas del Gobierno que nunca llegan".

—¿Pero sabés que podés cuidarte?—, le pregunta Clarín.

—Sí, me dijeron, pero si compro "eso", dejo a mi familia sin un kilo de azúcar.

En los dos días de conversación, jamás dirá "preservativos". Sólo aceptará que nunca los usó.

Isabel, que tiene 29 años y es su actual compañera, reparte entre los chicos facturas que llegaron en un enorme paquete de cinco docenas. Tuvo su primer chico a los 13 años, con un hombre que ya no está a su lado. Cleto aceptó criarlo y con ella tuvo después otros ocho hijos. Dos murieron y el último que nació, Cleto Ramón, tiene labio leporino. Quieren operarlo ya, pero en el hospital Juan Pablo, de Corrientes, le dieron turno para noviembre.

"En total son seis los que se me murieron y con lo que le pasó a Cletito, mi preferido, dije basta, no quiero tener más chicos, porque ellos también sufren y yo los quiero cuidar bien", se entristece Cleto, mientras Isabel —que pide para ella la ligadura de trompas— lo consuela.

San Antonio, la Virgen de Lourdes, el Gauchito Gil y un póster de Maradona adornan un comedor que no tiene más mesa que la del televisor. No hay cubiertos para todos: cuatro tenedores, nueve cucharas y tres cuchillos, que son los menos usados, porque el menú habitual no incluye carnes para cortar.

Donde comen dos, comen tres o a veces 15, cuando viene alguna visita. No habrá mucho, pero todo se comparte.

Cleto afirma que tuvo otros 11 hijos con Alicia, de 49 años (hoy en Buenos Aires) y siete más (cuatro de ellos murieron) con María Esther Perrota, que le hace bromas detrás de un alambrado de púas, porque ahora vive en la casa de atrás. "Estuve con él seis años, pero lo aguanté 18. Siempre se escapaba pero un día me cansé. Me dolió mucho que me negaran lo que yo veía. Y sí, lo dejé por celos, pero ya formé otra familia y estoy muy bien", dice María, de 42 años, con una escoba de yuyos en la mano.

La lista de 37 hijos que arma Cleto no encuentra un respaldo documental inmediato: en medio de la charla, aparecerá el recuerdo de una tal María, fuera de programa, que una vez le envió una foto de otra beba suya "que nunca pude conocer". O incluso cuando se dirije a alguna de sus ex pregunta: "¿Cuántos chicos es que tengo con vos?". Tampoco todos los chicos tienen el Documento de Identidad, aunque todos están bautizados. Los que sean, son muchos. Demasiados para la única muñeca que hay y el triciclo azul, que cada cinco minutos alterna el chofer.

En la Argentina hay 1.084.989 hogares con cuatro o más hijos, según un informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos. Hasta de esa medición oficial se escapó Cleto: cuando se hizo el último censo, hace cinco años, se determinó que las viviendas con mayor densidad de población eran dos en todo el país, con 19 chicos cada una. La de Cleto, en esos momentos, cobijaba a 26. "Por acá no vinieron", asegura.

¿Llega el Estado a esta casita de 24 metros cuadrados del Barrio Itatí, con cocina pero sin garrafa, con piso de tierra y camas más chicas que las del cuento de Blancanieves? Hay rastros: una calcomanía en la puerta de la campaña nacional de desparasitación, envases de leche del dispensario local, la boleta de la luz, con consejos para ahorrar energía tales como "use poco la plancha"... y plancha no hay.

"Y sí, mi vida es una novela, vamos a ver si la hacen, como me dijeron", comienza a despedirse el protagonista. La charla se deshace en una trama imaginaria, donde se advierte que, con tantos amores merodeando, Cleto tendrá que decidir a cuál dedicará la eternidad.

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Nickerie.Net / VK/  El Clarin (Argentinie)

,09-08-2006

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